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domingo, 29 de septiembre de 2013

Rabia Equina

El día 28 de septiembre se ha establecido como el Día Mundial de la Rabia, por tal motivo considero pertinente la publicación del siguiente artículo, el cual espero les sea de mucha utilidad.

Rabia en el Caballo

La rabia es una enfermedad neurológica mortal causada por un virus del género Lyssavirus, perteneciente a la familia Rhabdoviridae, el cual infecta el sistema nervioso y las glándulas salivales. La rabia tiene implicaciones en salud pública porque ésta puede afectar a todos los animales de sangre caliente, incluyendo a las especies domésticas y al ser humano. El virus se transmite en forma directa a través de la saliva, mediante la mordedura de animales infectados y excepcionalmente por contaminación de una herida abierta o mucosas con saliva de un animal infectado.

El virus de la rabia una vez inoculado, se propaga al sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) a través de los nervios periféricos y a nivel cerebral, causa una encefalitis masiva (inflamación del cerebro) y muerte de las neuronas, ocasionando flacidez y falta de activación neuronal y al extenderse a las glándulas salivares, el virus replica y se disemina a través de la saliva (fig.1).

 Figura 1. 

Existen tres (3) formas de presentación de la enfermedad, a saber: 1) Cuando hay manifestaciones de enfermedad cerebral, el trastorno se denomina forma furiosa de la rabia; 2) Cuando los signos reflejan enfermedad del bulbo raquídeo, se denomina forma tonta y 3) Cuando la enfermedad se relaciona con la médula espinal, se denomina forma paralítica.

Desde el punto de vista epidemiológico la rabia es considerada una zoonosis clásica, es decir, es una enfermedad transmitida de los animales al hombre y ésta se puede transmitir de dos formas:
  1. Rabia urbana, en la que el perro es el principal transmisor
  2. Rabia salvaje, la cual es transmitida principalmente por animales silvestres como murciélagos (hematófagos e insectívoros), zorrillos, zorros, coyotes, lobos, mapaches y tejones, entre otros.

Por lo general los caballos se infectan cuando éstos exploran ambientes en los que hay animales silvestres y son mordidos en la boca, la cabeza o las extremidades. Igualmente se transmite la enfermedad por mordedura de murciélagos y perros no vacunados. En este sentido, existen factores que podrían aumentar el riesgo de exposición al virus, entre éstos podemos citar: a) el pastoreo; b) la presencia de animales silvestres en el área; c) la presencia de animales rabiosos en el área y d) los caballos que viajan a zonas con casos frecuentes de rabia.  

Afortunadamente la rabia es una enfermedad poco frecuente en caballos, aún así la enfermedad no debe ser ignorada por los dueños y criadores de caballos, ya que la rabia es una enfermedad mortal que afecta a los caballos de todas las edades y razas por igual, así como al ser humano.

Signos clínicos

Una vez que aparecen los signos clínicos, la enfermedad es mortal y la duración del período de incubación va a depender de la concentración de virus en el inóculo, es decir, de la dosis de virus aplicada; de la proximidad de la herida al cerebro y/o de áreas muy inervadas, cuanto más cerca o más inervada, más corto será el período; de la especie animal, en el caso del caballo, el período de incubación varía entre trece días a meses, pero por lo general es de cuatro semanas; de la edad del animal inoculado y del estado inmunitario de éste.

Los signos clínicos son variables, por lo que hacer un diagnóstico definitivo basándose solo en la clínica, es muy difícil. Los signos clínicos más comunes son característicos de trastornos profundos del sistema nervioso central, tales como los cambios de comportamiento. Los caballos infectados con el virus rábico, se encuentran deprimidos, pero también pueden mostrarse agresivos o huidizos.

Dependiendo de la severidad del caso, el caballo afectado con rabia puede presentar ataxia (incoordinación), permanece con la cabeza baja, da vueltas, tiene dificultad para tragar (disfagia), salivación (babeo), inapetencia, presenta tremores y convulsiones, puede estar echado con dificultad para levantarse, parálisis y caer en estado de semicoma o coma, muriendo en pocos días (fig. 2).

Figura 2.

Así mismo, los caballos pueden presentar otros signos clínicos tales como fiebre baja, cojera, tenesmo (espasmo doloroso del esfínter anal), pupilas dilatadas y fotofobia (aversión a la luz), ceguera, intentos de morder y masticación continua, sensibilidad en el sitio de la mordedura e hiperestesia (hipersensibilidad a los estímulos).

Debido a la generalidad de los signos clínicos de la rabia, ésta puede confundirse con otras enfermedades como el tétano, la forma neurológica del herpes virus equino 1 (EHV-1), encefalitis de origen viral (encefalitis equina este, oeste y venezolana), virus del Nilo Occidental, mieloencefalitis protozoaria equina (EPM), meningitis bacteriana, encefalomalacia micotóxica, tromboembolismo parasitario y botulismo. Otras alteraciones con signos clínicos similares a la rabia incluyen el envenenamiento con plomo y el traumatismo craneal y/o medular.

Diagnóstico

En vista que la rabia es una enfermedad zoonótica, siempre que el caballo presente signos clínicos que hagan sospechar de rabia, el animal debe ser examinado por un veterinario y éste debe tener cuidado con respecto al manejo del animal enfermo, ya que la enfermedad puede diseminarse a otros animales y a los humanos.

El diagnóstico ante mortem es difícil, por lo que la rabia se diagnostica post mortem mediante la remisión de la cabeza del caballo a un laboratorio de diagnóstico equipado para el manejo de tejidos sospechosos de rabia. Es conveniente consultar con el laboratorio sobre los tejidos a enviar y el manejo, almacenamiento y transporte de éstos.
El diagnóstico de la enfermedad se basa en la presencia de anticuerpos fluorescentes (técnica de inmunofluorescencia) y la demostración histopatológica de los cuerpos de Negri.

Tratamiento

No existe tratamiento eficaz para la rabia. Los caballos vacunados que se hayan expuesto al virus de la rabia, deben aislarse del resto de los animales y monitorizar la presencia de algún signo clínico de la enfermedad durante al menos 6 meses. En el caso de las personas que estuvieron en contacto con animales con rabia, éstas deben recibir tratamiento post-exposición contra la rabia de forma inmediata.

Pronóstico

Un vez que el caballo presenta los signos clínicos de la rabia, la muerte sobreviene entre 2 a 4 días posteriores y los caballos que reciben tratamiento de soporte, pueden sobrevivir hasta por dos semanas.

La rabia es una enfermedad de denuncia obligatoria ante los organismos oficiales competentes. Así mismo, todos los caballos que presentan cambios de comportamiento y alteraciones del sistema nervioso central, deben ser examinados por un veterinario y aislarse a fin de evitar la exposición humana y de otros animales al virus de la rabia.

Prevención y control

La prevención se basa en la vacunación con vacunas derivadas de cultivo de tejidos inactivados (virus muerto). Las vacunas se administran por vía intramuscular y los caballos pueden vacunarse a partir de los 3 a 4 meses de edad administrándose refuerzos anuales (fig. 3). 

Figura 3.

No obstante, existen diferentes esquemas de vacunación y su aplicación depende del estatus fisiológico e inmunológico de los caballos, las yeguas y los potros, así como de las vacunaciones previas administradas. Igualmente, el programa de vacunación contra la rabia se establece en función de la zona y la presencia del virus en ésta, bien sea en forma de brotes o casos aislados o de animales potencialmente portadores del virus. En este sentido, se recomienda la vacunación en zonas endémicas y establecer medidas prácticas para proteger sus animales contra la rabia, para ello es imperativo consultar con el veterinario el esquema de vacunación más adecuado, el cual debe repetirse anualmente e incluir todos los animales (caballos, perros y gatos), además de estar alerta de la presencia de animales silvestres y los cambios de comportamiento en los mismos. 

Referencias y mayor información



viernes, 6 de septiembre de 2013

"Un perro puede ser el mejor amigo del hombre, pero el caballo escribió la historia". Autor desconocido
"A dog may be man's best friend, but the horse wrote the history". Author unknown